2006 – 2012

En esta segunda etapa la Fundación impulsa la expansión del Proyecto Fiare fuera de Euskadi y diseña un itinerario en el que invitaba al resto de territorios del Estado a coliderar el proceso de creación del banco.  La propuesta se expande rápidamente y se constituyen asociaciones Fiare en numerosos territorios del Estado: la Asociación Zona Centro, Castilla y León, Galiza, Catalunya, Baleares, Sur, Canarias, Navarra, Aragón, Murcia y también en Euskadi con un papel complementario al de la Fundación. A ellas se le unen tres entidades de ámbito estatal: Reas Red de Redes, REFAS y Coop57. Su incorporación, sobre todo de las dos primeras (puesto que Coop57 se retiraría del proceso unos años más adelante) fue clave para otorgar aún mayor la legitimidad a todo el proceso. Territoriales y sectoriales conformarán la Junta estatal de entidades de apoyo al Proyecto Fiare. El cometido de estas entidades es doble. Por una parte despliegan las campañas de captación de socios y capital social en los distintos territorios, y por otro lado participan en el sistema de gobierno del Proyecto Fiare tomando de manera cooperativa todas las decisiones políticas y estratégicas. 

El capital social se va recogiendo de dos maneras. Por una parte con la entrada de socias promotoras que aportan dinero a fondo perdido y se incorporan como socias de pleno de derecho de las asociaciones Fiare y por otra con socias colaboradoras que firman un convenio por el cual donan una cantidad de dinero a cuenta de futuro capital social del banco que se quiere constituir. 

En esta etapa, además se abre la oficina de la agencia en Bilbao, en la calle Santa María, 9, en Barcelona, el 2007 en la calle Providència, 20 y en Madrid en una sede compartida con otras organizaciones de la economía social y solidaria en la calle Gaztambide, 50. Estas oficinas gestionan la apertura de cuentas de ahorro de particulares y entidades en Banca Popolare Etica en estrecha colaboración con su oficina central en Pádova. Posteriormente promueven además la financiación de operaciones de entidades de economía social y solidaria implementando un modelo único en el sistema financiero: la evaluación integrada técnica, social y ambiental que se hace de manera compartida entre las oficinas y la base social. La oficina técnica inicia los expedientes de financiación, hace una pre-evaluación financiera y somete la operación a la valoración por parte de las comisiones de evaluación socio-ambiental. Estas comisiones se componen de socios y socias electas del territorio. Cuando las evaluaciones socio-ambientales son positivas la oficina termina el proceso con la instrucción técnica final y su posterior aprobación y formalización, que en esta primera etapa se lleva a cabo desde Italia. El modelo de evaluación integrada es un éxito y se erige como un modelo claramente diferenciador con las finanzas tradicionales y una plasmación práctica de cómo funcionan las finanzas ciudadanas.  

A medida que el proceso avanza, se consolida también un modelo de gobierno cooperativo: si bien la Fundación sigue siendo la administradora de la agencia, el proyecto en su conjunto se lidera desde la Junta Estatal, el órgano máximo, compuesto por todas las asociaciones Fiare y las sectoriales, con la misma capacidad de decisión. La Junta monitoriza la actividad de la agencia y en paralelo lidera todo el proceso social. 

Este periodo coincide con el estallido de la crisis financiera a partir de 2007 y 2008. Sus efectos son devastadores para el empleo y la economía y atraviesa de lleno la economía española. El desempleo pasa del 8% al 26% entre 2008 y 2015. La crisis se lleva prácticamente a todas las cajas de ahorro y afecta también a los bancos privados. El gobierno entra al rescate generando un agujero en las cuentas públicas atenuado por la intervención de la Unión Europea que generó un intenso debate. La crisis de la deuda externa durará muchos años y Europa obligará a los gobiernos a una disciplina presupuestaria que aún hoy es vigente aunque haya quedado suspendida temporalmente a causa de la pandemia. Con todo, la percepción de la opinión pública hacia los bancos ha cambiado radicalmente. El 15M, la defensa contra las estafas de las preferentes y los movimientos contra los desahucios concentran una gran atención mediática. Las cajas, que antes eran buenas, ahora, desaparecidas, resultaron ser malas. Poco a poco, de manera colateral, se percibe un interés creciente sobre las finanzas éticas. Este interés ayuda a impulsar el proceso de creación social de Fiare aunque llega en un momento en que las posibilidades operativas son limitadas: Fiare continua siendo una agencia de un banco. Su sede está en otro país y por tanto no puede ofrecer los productos más demandados por las personas que quieren huir de la banca convencional: tarjetas de crédito y débito, cuentas corrientes, etc. A partir de 2010 la regulación sobre el sistema bancario italiano y en general en la UE se endurece y los requisitos burocráticos y fiscales son cada vez más pesados. De este modo, el proceso de ampliación social sigue creciendo con fuerza pero la operativa de ahorro crece más lentamente. 

Así, la necesidad y la motivación por crear el banco se acelera pero choca con una política monetaria restrictiva que favorece la concentración bancaria. El sistema de bancos centrales europeo quiere salvar a los bancos en quiebra a partir de su absorción por otros más grandes. La consigna es reducir el número de bancos pequeños y centrarse en el fortalecimiento de instituciones financieras más grandes y con capacidad para capitalizarse rápidamente. Esta situación en lugar de enfriar las pretensiones de Fiare, acelera los procesos institucionales. En un primer momento Fiare, junto a Banca Etica plantean la creación de un banco cooperativo europeo con la francesa La Nef, pero finalmente la Nef descabalga. Este último giro de guión acelera ya definitivamente los hechos.      

En 2012, en una asamblea doble, simultánea, e histórica en Rivas-Vaciamadrid por parte de Fiare y en Pádova por parte de Banca Etica, las dos instituciones aprueban unirse definitivamente y crear lo que ya hoy conocemos como Fiare Banca Etica, la marca de Banca Etica en España y al mismo tiempo la quinta área de socias del banco, la primera fuera de Italia. A partir de ese momento Banca Etica entabla negociaciones con el Banco Central de Italia para conseguir las autorizaciones pertinentes y abrir la primera sucursal. 

El resultado de esta etapa es espectacular y aún más teniendo en cuenta que parte de ella se desarrolla en ese contexto de gran incertidumbre causado por la crisis financiera mundial: en 2012 Fiare había ya reunido a más de 3.000 socios con un capital de 3,5 millones de euros y las cuentas de ahorro abiertas en Italia superan los 30 millones de euros que han servido para financiar más de 100 proyectos con valoración socio-ambiental y financiera positiva.   

Con todo ello, por fin se abre la fase fundacional de Fiare Banca Etica y la Fundación Fiare cederá todo el protagonismo del proceso a su nueva estructura social centrándose en gestionar el proceso de traspaso. 

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