2002 – 2005

La constitución de la Fundación Fiare fue el primer paso hacia la creación de lo que después sería el proyecto Fiare y posteriormente Fiare Banca Etica. La Fundación asumió, ya desde esos inicios, como objetivo fundamental fomentar la creación de iniciativas de inversión y ahorro ético y responsable movilizando para ello a toda la ciudadanía, a las economías transformadoras y a organizaciones de sectores muy diversos; desde la inserción social y laboral, la cooperación al desarrollo, el comercio justo, la agricultura ecológica y la promoción de ciudadanía responsable. Ese objetivo, recogido de manera tan genérica, se concretaba en realidad ya desde el principio en la propuesta de creación de una entidad bancaria ética y ciudadana creada desde su propia base social. Un proyecto, que en aquella época se miraba prácticamente como una utopía inalcanzable.

Más de 30 organizaciones dieron respaldo a esta propuesta en el año 2002 a partir de la constitución el 7 de noviembre de 2002 de la Fundación Fiare en una escritura pública que quedó finalmente registrada en el Protectorado de Fundaciones del Gobierno Vasco el mes de septiembre del año siguiente. FIARE en ese momento eran las siglas de Fundación Inversión y Ahorro Responsable, Inbertsio Eta Aurrezki Erantzulea Fundazioia en Euskera. Su primer patronato lo constituyeron formalmente Angel Toña (presidente), Joseba Iñaki Segura (vicepresidente), Juan Garibi (secretario), Iousu Murguia (vocal) y Jorge Morquecho (tesorero) con una aportación inicial de 12.000€. Tras la constitución se dieron tres meses para incorporar a nuevas personas fundadoras, sobre todo entidades. Así fue, la lista de patronos se fue ampliando rápidamente y también la lista de organizaciones fundadoras que acaba siendo conformada por 52 organizaciones sociales de ámbitos muy diversos.  

La prioridad de la Fundación en esa primera etapa era ampliar la base social de organizaciones, elaborar un plan empresarial de creación de una entidad financiera alternativa y crear las condiciones para la factibilidad de su puesta en marcha (conocimiento y búsqueda de colaboración de otras experiencias, inicio de conversaciones con autoridades monetarias, presentación a instituciones públicas,  etc). 

Situar el nacimiento de la Fundación en ese contexto histórico es importante. En 2002 España las miradas se concentraban en la ola de atentados terroristas que Al Qaeda había iniciado un año antes en las Torres Gemelas y que daría pie a la conocida guerra contra el terror. España vivió en su propia carne la amenza del terrorismo internacional ya en 2004 con los atentados de Atocha cuya nefasta gestión terminó con el gobierno del PP. La lucha contra el terrorismo era una cuestión central y dibujaba una nueva configuración geopolítica a nivel internacional. Sin embargo a nivel económico, el año 2002 y de 2003 a 2006, cuando la Fundación empezaba su camino, fueron años de bonanza. En enero de ese mismo 2002  empezaban a circular en Europa billetes y monedas de euro, la economía española llevaba más de diez años consecutivos creciendo y la tasa de desempleo había pasado del 24% al 10% en 10 años. Bancos y cajas en España crecían sin cesar ante todo gracias a los beneficios que reportaba el sector de la vivienda en plena fase de empacho. Los logros de las obras sociales frenaban la atención a cualquier voz crítica sobre el impacto social y ambiental del sistema financiero. En este contexto plantear la puesta en marcha de un banco ético y cooperativo era casi una insolencia.

Y el reto, a nivel burocrático no era menor: conseguir la licencia para un nuevo banco en el Estado Español requería la aportación estimada, ni más ni menos, que de la friolera 6 millones de euros de capital social. Pero además requería, y requiere aún hoy, la aprobación por parte del Banco Central de un plan de viabilidad y de un órgano de administración potente y con experiencia demostrada.  Decíamos en aquella época que sólo los bancos podían crear nuevos bancos. Iba a ser necesario hacer mucha pedagogía para recoger el capital necesario y la base social, pero eso no era suficiente. Desde ese primer momento era fundamental empezar a realizar actividad financiera de la manera que fuese para adquirir la capacidad y experiencia en la intermediación financiera y al mismo tiempo reforzar la motivación para dar apoyo al proceso.

Con esta última idea, la Fundación entró en contacto con FEBEA, la Federación de Bancos Éticos y Alternativos de Europa (de la que formalmente se hará socia en 2005) y en este marco de relación, establece una estrecha colaboración con Banca Popolare Etica. Esta entidad, cooperativa y sin ánimo de lucro, fue constituida en el año 1999 tras tres años de recogida de capital social y se convertirá en un actor principal para el desarrollo del proyecto de Fiare. 

El mismo año 2005 se formaliza el primer acuerdo de colaboración entre ambas entidades. Mediante este acuerdo, esa estrategia de iniciar la actividad financiera legalmente pero aún sin tener ficha bancaria se pone en marcha facilitando que cualquier ciudadano o ciudadana pudiera abrir productos de ahorro en el banco italiano y proponiendo operaciones de préstamo a proyectos del Tercer Sector y de la Economía Social y Solidaria. 

El acuerdo se empieza a desplegar ese mismo mismo año 2005, con el establecimiento de la agencia financiera Fiare SL que será la encargada de los aspectos financieros de la colaboración. En la agencia, las siglas toman una nueva significación: Fomento de Iniciativas para la Articulación de la Responsabilidad Económica. Este cambio permite visualizar el fuerte vínculo entre Fundación (que ejercerá las funciones de administración de la agencia) y Agencia pero también la diferenciación entre una y otra, de tal modo, que en cierta manera la Fundación se desprende del proyecto para compartirlo con otras organizaciones, que es algo que, como veremos, irá sucediendo a partir de la segunda etapa.  

En tan solo tres años pues, de 2002 a 2005, más de 50 organizaciones se ponen a trabajar juntas en Euskadi con una idea clara de montar un banco, constituyen la Fundación, entablan relaciones con FEBEA y Banca Popolare Etica y constituyen la agencia financiera, el embrión de lo que hoy es Fiare Banca Etica.  La utopía pasa a propuesta, la determinación ya es total.  

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